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'Mi #hijo no murió en un accidente, fue #ejecutado por la #Marina': denuncia #familia en #Sinaloa

Por:  / 20 abril, 2015
Muertes fabricadas por la Marina
(20 de abril, 2015).- Cristian Iván Montes Camacho murió a los 18 años, aunque en los reportes oficiales de la Secretaría de Marina consignen que tenía 19 cuando descendió de un vehículo y disparó con un arma de grueso calibre –en contubernio con otros dos jóvenes- a los uniformados, por lo que tuvieron que responder al ataque y acribillarlo.
Familia, amigos y vecinos no creen la versión consignada de la Marina en la que se asegura que él y sus amigos los agredieron; por el contrario, sostienen que los tres jóvenes fueron ejecutados a mansalva, pues de Cristian no conocieron sino disciplina deportiva y trabajo duro.
“Me quitaron a mi hijo, lo mataron. Fue un abuso lo que hicieron, no hay nada más que hacer, mi hijo no tenía dinero, era un alma de Dios y no se merecía esto que le hicieron… ni siquiera sabía usar una pistola”, dice Francisca Guadalupe Camacho, madre del joven que trabajaba en circos locales
Fernando Montes, padre de Cristian y de otros dos menores, pensionado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sostiene que el Ministerio Público no le permitió ver el vehículo en el que supuestamente viajaba su hijo, ni la patrulla de la Marina a la que, también supuestamente, balearon los jóvenes y la tenía tres disparos, por lo que está convencido de que la acusación contra Cristian y sus amigos no puede sostenerse y que el gobierno miente.
Fernando supo que su hijo iría a Culiacán con sus amigos para pintar una casa y a trabajar en un circo. Dos semanas después, la llamada telefónica de un desconocido lo alertó sobre “un accidente” y la muerte de su vástago, pero está convencido de que no fue así como sucedieron las cosas: “mi hijo no murió en un accidente ni disparó. Mi hijo fue ejecutado”.
El padre de familia recuerda haber visto a elementos de la Marina en el Ministerio Público de Angostura, y confiesa que lo único que pasó por su mente fue gritarles: “perros méndigos, por qué mataron a mi hijo”.

Deportista apasionado
Fernando desestima que su hijo haya estado involucrado con el narcotráfico o en alguna actividad ilícita, no tenía carro ni consumía drogas; sin embargo, reconoce que no conocía a las personas que viajaron con él a Culiacán y lo más significativo que recuerda es que, aproximadamente un mes antes, Cristian le pidió dinero para comprar unos zapatos de futbol, en lugar de reponer el  celular que hacía días había extraviado.
La familia Montes asegura que en los últimos tiempos, Cristian había optado por trabajar como payaso en los circos locales, aunque también era animador o malabarista, según las necesidades de la función, por lo que pasaba días, e incluso semanas, fuera de su casa.
Los Montes Camacho dudan de todo: de la información que les dio el gobierno de Sinaloa, en el que se describe a un Cristian que ellos no conocen, dudan de la llamada anónima que les dio la fatal noticia, dudan que sea cierto que no volverán a ver jugar futbol a su hijo, ni incrementar el número de trofeos de los que Cristian se sentía sumamente orgulloso.
Fernando Montes recuerda que el último equipo de futbol con el que jugó Cristian fue Los cannabis, de la colonia Plutarco Elías Calles, muy cerca de los Barrancos, en Culiacán. Él le daba dinero para el camión, para los arbitrajes y para sustituir, de vez en cuando, los polvorientos tenis que se desgastaban en las canchas empastadas, pero más frecuentemente en los campos descuidados de las colonias populares.
El joven futbolista a duras penas terminó la secundaria y meses después, decidió dejar de asistir a la preparatoria cuando aún no había ni cursado el primer año. Buscó trabajo en una empresa de seguridad privada, le gustaba la computación, y su grande sueño era tener un negocio propio en la rama.
La agresión según los marinos
Elementos de la Marina y de las agencias del Ministerio Público federal y local sostienen que el domingo 12 de abril, cerca de las siete de la tarde, un grupo de jóvenes se dio a fuga luego de que los uniformados, a bordo de sus vehículos oficiales, les marcaron el alto mientras circulaban sobre la carretera que conduce de El Gato a Lara, cerca de la zona conocida popularmente como Acapulquito.
Según la declaración oficial, tres jóvenes que viajaban en un automóvil Corolla, color gris, de modelo reciente con placas de circulación VND-1173 de Sinalia emprendieron la huida y los uniformados iniciaron una persecución. El conductor del Corolla perdió el control del automóvil y se volcó. Del auto salieron los tres jóvenes que dispararon contra los elementos de la corporación, mismos que devolvieron el ataque ultimando a los tres: Cristian Iván Montes Camacho, de 18 años, originario de Culiacán, Manuel Ignacio Acosta Leal, de 22 años, de Tierritas Blancas, Mocorito, y José Javier Romero Martínez, de 26 años, del Distrito Federal.
Según el reporte, los uniformados lograron asegurar dos rifles AK-47, y un fusil G-3, con 11 cargadores abastecidos, además del automóvil en el que viajaban los jóvenes, pues tenía reporte de robo.
Concepción Montes, tío de Cristian sostiene que es inverosímil la versión de los elementos de seguridad “no es creíble esa versión de que iban demasiado recio, que se voltearon y que salen disparando del vehículo. Es absurdo”, manifestó.
Roberto, otro familiar de Cristian está convencido que poco o nada se puede hacer pues “todo está manipulado, los quieren presentar como sicarios, pero no es cierto, por eso no quieren presentar pruebas de si dispararon o no armas de fuego los civiles”.
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