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Autoridades tardan 13 días en buscar a niña de 7 años; encuentran su cadáver con huellas de tortura y violación

Por:  / 3 julio, 2015
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(03 de julio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- ”Aquel día no solamente hirieron de muerte a Airis, sino también a la humanidad entera”, afirma la socióloga Ana María Jacome, defensora de derechos humanos.
Airis era una niña de siete años, con ojos grandes, quien a decir por sus padres, siempre sonreía y entonces ‘todo se iluminaba’. Ella desapareció de su hogar de Ciudad Juárez, ante la desesperación de los padres, quienes pidieron inmediata ayuda de las autoridades, quienes les pidieron ‘esperar el tiempo determinado por la ley’, para iniciar la búsqueda.
“Aquel feminicidio pudo haber sido evitado si las autoridades judiciales hubieran actuado de manera profesional e iniciado de inmediato su búsqueda, pero se negaron a levantar la averiguación previa al momento de la desaparición de la menor”, entonces trece días después se encontró su cadáver, con huellas de tortura y violación”, asegura Jacome.
También agrega que, la historia de la menor se suma a la violencia perpetrada a menores de edad, por familiares, amigos o desconocidos, quienes comienzan con agresiones verbales, siguen con las físicas y finalizan con la muerte, en gran cantidad de casos.
“Lo terriblemente cruel, es que más allá de las cifras, hay vidas que son obligadas de forma violenta a extinguirse, y nuestra sociedad sigue considerándolas como números, mientras la situación no nos toque de cerca, y eso en caso de las mujeres adultas, porque pocos piensan si quiera que en este momento una niña es violada por su padre, su hermano, su tío, el amigo de la familia, un delincuente y si la violencia es imparable, la matan”, afirma la socióloga.
Argumentando que las historias que “están enumeradas” en las dependencias gubernamentales y organizaciones en defensa de Derechos Humanos, son pocas, y aunque se pudiera realizar un conteo amplio, es probable que no se pudiera obtener información de las menores campesinas y quienes viven en situación de calle, esto producto que son dos rubros, que debido a su lejanía y esparcimiento, permanecen en las sombras y por consiguiente en el olvido.
“Los feminicidios, tanto en adultas, como en menores de edad podrían ser evitables, siempre y cuando las existentes políticas públicas se aplicaran de forma precisa, y se crearan otras, mentalizándose que se están salvando las vidas de miles de seres humanos, al prevenir la violencia homicida contra niñas y mujeres, ya que lamentablemente el alza de muertes, es producto de la inoperancia de las supuestas acciones de combate contra este delito y deshumanización de un gobierno, preocupado por su crecimiento económico particular”, comenta Jacome.
En México los crecientes casos de feminicidios siguen extendiéndose a niñas y adolescentes, esto debido a que “no existen acciones a nivel federal que garanticen la seguridad de las menores y prevengan la violencia sexual, feminicida y la desaparición”, asegura Juan Martín Pérez García, Director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
A decir por Pérez, esto deriva en que cada vez más menores de edad, sean víctimas de violencia feminicida, siendo las más afectadas dada su situación de vulnerabilidad por edad y género. De acuerdo con información de REDIM a partir de las Estadísticas de Mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de niñas de 0 a 17 años fallecidas por presunto homicidio ha llegado hasta 372, la cifra más alta en los últimos 10 años.
Estado de México mantiene actualmente, al igual que con victimas adultas, un aumento de violencia sexual contra niñas y adolescente, hasta en un 270 % más que en 2009, pasando de 213, a poco más de 800 denuncias, según la Procuraduría General de Justicia de la entidad.
REDIM cita casos recientes, como el feminicidio de Liliana, adolescente de 12 años de edad, quien fue secuestrada y asesinada en Cuautitlán de Izcalli y el feminicidio de Silvia, de 17 años de edad quien fue desaparecida y asesinada en Ecatepec, no dejando de lado el feminicidio de Erika, quien fue localizada sin vida en el municipio de Uruapan, Michoacán.
Lo anterior es una muestra mínima de la problemática que vive el territorio nacional, en donde “el feminicidio surge como expresión cruda y grotesca de la cultura machista, la cual debe reconocerse de manera urgente, como una acción que no se limita específicamente a mujeres adultas, sino también a adolescentes y menores edad, lamentablemente en México nos ha superado la idea de que esto solamente ocurre en mujeres adultas, lo que ha provocado la invisibilidad del delito en niñas y adolescentes”, afirma Pérez.
En los últimos seis años poco más de mil 900 mujeres fueron asesinadas de forma violenta en el país, catalogándose de feminicidios, de los cuales la mitad fueron perpetrados en contra de niñas y adolescentes. Por lo cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció al Estado mexicano, debido a los graves errores y a la negación de acceso a la justicia en estos casos; manteniendo como caso emblemático, el del campo algodonero, en donde, dos de los tres casos, eran adolescentes.
“La violencia de género, es el inicio del camino hacia el feminicidio, y empieza desde la niñez, sin dejar de mencionar la discriminación por su condición de género, de la que también son víctimas las niñas y adolescentes. Esto provoca que se conviertan de alguna manera en objetos de propiedad desde la visión machista, desembocando así en una muerte, por la vía de dicho delito”, explica Pérez.
Agregando que, “en muchos casos cuando ella se niegan a asumir el rol asignado por varones que mantienen una cultura machista, dicha acción deriva en desapariciones que culminan en muerte, es así como de 23 mil vidas cuya ubicación es desconocida, hasta enero de 2015, 7 mil de ellas son  de menores de edad, es decir el 30 %, además de cada 10 desapariciones, 7 son de mujeres adolescentes.
El Director de REDIM, explica que en los casos de niñas y adolescentes este delito también se da por la decisión de tomar el control sobre su propio cuerpo. Ya que generalmente se les critica por su forma de vestir, por no pedir permiso para salir, por tener un piercing, o tener una forma de ‘ser distinta’, lo que provoca que sean estereotipadas como “fáciles” o “ligeras”, provocando el malestar en los padres, quienes ejercen violencia sobre ellas.
“Sin embargo, gravemente este tipo de acciones, no se les relaciona como violencia de género, cuando se trata de niñas y adolescentes, sino que se entienden como problemas conductuales,  lo cual hace aún más difícil conceptualizar el tema dentro de los feminicidios, y en el momento de calificar el tipo penal, los Ministerios Públicos, al no estar formados para poder reconocer y asumirlo como un feminicidio, actúan en forma errónea”, agrega Pérez García.
En México no existe un protocolo de investigación con perspectiva de género que permita determinar el elemento de feminicidio en el caso de niñas y adolecentes, “es por ello que, dada la gran cantidad de casos de niñas y adolescentes, es urgente que se rompa con esta idea que este delito solamente le ocurre a mujeres adultas”, afirma el Director de REDIM.
A su vez puntualiza, que es urgente que se realice una actualización de la ley de violencia contra las mujeres para incorporar a las niñas, en las víctimas de este tipo de hechos, además de realizar acciones afirmativas, como se hace con las mujeres adultas cuando sea viable y pertinente con menores de edad, además de incorporarlas en todos los discursos y campañas, “no solamente hablar de población mayor de edad, también se debe dar visibilidad a este grupo, pues ni siquiera en los medios de comunicación existe un acercamiento hacia este problema, desde la perspectiva de niñas y adolescentes”.¡Comenta, debate y comparte este post!, recuerda ¡Romper el cerco informativo está en tus manos!

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